A los veintidós años, Diego Alejandro Guevara Rodríguez se gradúa en Ingeniería Industrial de la Universidad Militar Nueva Granada (UMNG), un logro que, para él, ha sido resultado de esfuerzo, sacrificio y oportunidades que supo aprovechar. Su historia no es solo la de un estudiante destacado, sino la de un joven que enfrentó desafíos económicos, se superó y aprovechó al máximo cada recurso disponible, desde becas hasta intercambios internacionales.
Diego, oriundo de Tenjo, un pequeño municipio de Cundinamarca, comenzó su travesía educativa con una realidad económica que lo empujaba a buscar soluciones fuera de lo común. «Desde el principio supe que mis papás no podían costear una matrícula de cuatro millones de pesos”, nos cuenta, recordando aquellos primeros días en que, recién salido del colegio, comenzó a trabajar para financiar su sueño de estudiar ingeniería industrial. Para él, la educación superior no era un lujo, sino una meta que debía alcanzar a toda costa. Fue entonces cuando, por medio del Fondo Transformando Vidas, de la Gobernación de Cundinamarca, encontró la posibilidad de financiar su carrera. «Con la pandemia surgieron muchas ayudas, y el apoyo de la Universidad fue clave para que pudiera continuar», explica con un brillo de gratitud en la mirada.
Pero no solo el apoyo económico fue vital para Diego. Durante su paso por la UMNG, aprovechó al máximo las oportunidades que se presentaron y realizó un intercambio académico en México. A pesar de haber intentado previamente obtener una beca para estudiar en España, las dificultades económicas lo llevaron a replantearse sus opciones. «Tenía las cartas de aceptación para España, pero sabía que no tenía el dinero para costear el viaje», reflexiona Diego. Fue entonces cuando el destino lo llevó a México, donde pasó su noveno semestre en la Universidad Estatal de Sonora. «Fue una experiencia increíble. Aunque ya estaba cerca de terminar la carrera, fue como comenzar de nuevo, pero enriquecedor», dice con una sonrisa nostálgica.
El intercambio no solo fue una oportunidad académica, sino también una lección de vida. En México, Diego vivió por seis meses con un presupuesto ajustado, lo que le permitió gestionar sus recursos y adaptarse a nuevas realidades. «La beca Pila me permitió cubrir gastos básicos como alojamiento y alimentación. Aprendí a administrar bien el dinero y a aprovechar cada oportunidad», agrega. Sin duda, la experiencia internacional enriqueció su formación, consolidando la visión global que los estudiantes de la UMNG buscan cultivar.
Pero más allá de los logros académicos y las experiencias internacionales, Diego destaca lo que considera el verdadero valor de su alma mater: la calidad humana, la infraestructura y el modelo educativo. «El nivel académico es impresionante, los profesores son de una calidad excepcional y la infraestructura es de primer nivel. No hay comparación con otras universidades», asegura, orgulloso de ser parte de una institución que, en su opinión, tiene un potencial gigantesco para posicionarse como una de las mejores del país.
En cuanto al futuro, Diego se siente confiado y preparado para enfrentar los retos del mercado laboral. «El nombre de la Universidad Militar está rondando por todos lados, y los ingenieros de esta universidad están siendo muy solicitados», afirma con seguridad, sabiendo que su formación lo pone un paso adelante en un mundo competitivo. Además, resalta la relevancia de la reciente decisión de la Universidad de realizar la ceremonia de graduación en su sede Campus Nueva Granada, un paso hacia la innovación de la institución. «Es una gran iniciativa. La Universidad está innovando y saliendo de la zona de confort. Es un cambio positivo», concluye.
A lo largo de su carrera, Diego no solo ha logrado su objetivo de ser ingeniero industrial, sino que también ha cultivado una visión más amplia del mundo y del papel que puede desempeñar en él. Cuando le preguntamos qué siente al estar tan cerca de la graduación, su respuesta es clara: «Siento gratitud. Gratitud por todo lo que la Universidad me ha dado y por todo lo que he logrado». Sin duda, Diego es un ejemplo de que la perseverancia y el aprovechamiento de las oportunidades pueden transformar la vida de una persona, incluso cuando las circunstancias iniciales no parecen favorables.