En el histórico anfiteatro de la plaza La Serrezuela, en Cartagena de Indias, la Universidad Militar Nueva Granada (UMNG) celebró, en el marco del XI Congreso Internacional de Bioética, la investidura de doctores honoris causa. Este evento marcó un hito en la historia de la institución, al reconocer las trayectorias de cuatro figuras excepcionales cuyas contribuciones han dejado una huella indeleble en la bioética y la sociedad.
El doctorado honoris causa es el más alto honor que una universidad puede otorgar, un reconocimiento reservado para aquellos cuya labor trasciende lo académico y transforma realidades. Para la UMNG, este título no solo celebra la excelencia, sino que conecta los ideales de la institución con las historias de líderes que encarnan valores como la ética, la justicia y el compromiso social.
Los homenajeados en esta ocasión fueron Henk ten Have, personalidad de renombre mundial en el ámbito de la bioética y los derechos humanos; Adela Cortina Orts, filósofa española y catedrática emérita de Ética y Filosofía Política de la Universidad de Valencia; Volnei Garrafa, una de las voces más influyentes en bioética y salud pública en América Latina y el mundo, y el mayor general Carlos Alberto Rincón Arango, M. D., que ha dedicado más de treinta años de su vida profesional al servicio de la medicina militar y la salud pública en Colombia.
La ceremonia, llena de momentos emotivos y significativos, resaltó la importancia de este reconocimiento, desde los discursos de elogio hasta la entrega de los símbolos que representan la sabiduría, la ética y el compromiso inherentes al título. El birrete, los guantes y el libro fueron entregados a cada nuevo doctor como emblemas de su dedicación al conocimiento y su responsabilidad con la sociedad.
El mayor general (r) Javier Alberto Ayala Amaya, Ph. D., rector de la UMNG, destacó en sus palabras de clausura la trascendencia de este título y lo que representa para la Universidad y sus valores: «Al reconocer a estos ilustres doctores reafirmamos nuestro compromiso con la ética, el conocimiento y la búsqueda incansable de la paz. Ellos son un ejemplo para todos nosotros, una inspiración para continuar construyendo un futuro más justo y solidario».
Esta investidura fue mucho más que un acto protocolario. Fue un espacio donde el conocimiento y la ética se encontraron para recordarnos la importancia de trabajar por un mundo mejor. Para la UMNG, este tipo de eventos refuerzan su identidad como una universidad que forma líderes comprometidos con la sociedad, mientras que para los estudiantes y jóvenes presentes fue una oportunidad única de conectar con historias que los inspiran y motivan a dar lo mejor de sí mismos en sus propias trayectorias. La ceremonia no solo honró el pasado y el presente, sino que sembró una semilla de esperanza en el futuro de todos los neogranadinos.